La Ley Nº 686 promulgada por el Presidente Domingo F. Sarmiento el 4 de Octubre de 1874 constituye el primer esfuerzo orgánico del Estado Nacional por colonizar el territorio de nuestra actual Provincia. Por esta ley se creó la Jefatura Política del Chaco, que abarcaba territorialmente todo el Chaco Austral desde el Río Bermejo al Norte hasta el Arroyo del Rey en el actual Chaco santafesino al Sur.
Aurelio Diaz, Jefe Politico del Chaco |
Esta norma legal, aunque de corta vigencia, afianzó el dominio territorial argentino sobre esta parte del Chaco, y permitió el comienzo de la colonización a cargo del Estado Nacional. En sus artículos 10º y 11º establecía la fundación de cuatro colonias-cantones en la costa chaqueña frente a la ciudad de Corrientes, al sitio de Rincón de Soto, y a los pueblos de Empedrado y Bellavista en esa provincia, más la distribución de tierras a los futuros pobladores.
El Presidente Nicolás Avellaneda, quien sucedió a Sarmiento, nombró Jefe Político al correntino Aurelio Díaz y como su Secretario a Luis Jorge Fontana, por Decreto del 29 de Marzo de 1875. Por el mismo acto Avellaneda dispuso también que el Jefe Político, asociado al Jefe de la Frontera Norte Coronel Manuel Obligado y al Agrimensor Arturo Seelstrang -a quienes se agregaría después el Agrimensor Enrique Foster- hiciesen el reconocimiento de ese territorio y eligiesen los puntos precisos donde deberían fundarse dichas colonias. Además le fijaba las condiciones que debían reunir en cuanto a su ubicación, perímetro, número de manzanas, chacras, quintas y espacios destinados para los edificios públicos.
Esta Comisión Exploradora, después de reconocer toda la zona, eligió para fundar la primera colonia el paraje denominado "San Fernando", punto situado muy próximo a la margen derecha del Río Negro y a ocho kilómetros del Río Paraná. A mediados de Octubre de 1875 se practicó la primera mensura de esta colonia y en Mayo de 1876 se elevó el informe y los planos de tres colonias trazadas en el Chaco. Además de "Resistencia", las restantes eran: la colonia "Timbó" frente a Goya y "Las Toscas" frente a Bella Vista, descartándose los terrenos situados frente a Empedrado por ser bajos e inundables. Esta mensura recién fue aprobada por la Dirección Nacional de Tierras el 27 de Enero de 1878, el mismo día en que arribó a la Colonia el primer contingente de inmigrantes procedentes del Friul en Italia.
El pueblo de San Fernando
El pueblo de San Fernando
Cachapé con yunta de bueyes, típico medio de transporte de un obraje,según un óleo de Alfredo Pértile |
El paraje elegido para fundar la Colonia Resistencia no era un sitio baldío y tenía una gran importancia histórica. Fue desde 1750 el asiento de la Reducción Jesuítica de San Fernando del Río Negro y abandonado con posterioridad a la expulsión de la Orden por el Rey Carlos III de España en 1767. El paraje conservó su nombre y desde 1857 fue asiento permanente de obrajes madereros. Cuando en 1864 se proyectó un camino a través del Chaco hasta Santiago del Estero, San Fernando fue su punto de partida y los caciques tobas y vilelas de la zona celebraron un tratado con el Gobernador de Corrientes Pedro Ferré comprometiendo su apoyo a ese proyecto. Hacia 1870 el Coronel Napoleón Uriburu, quien regresaba de una expedición al Chaco, informó que en el paraje existían 15 obrajes y que en ellos trabajaban 1.500 peones como hacheros, en su mayoría aborígenes. Este número de obrajes implicaba una importante concentración de pobladores aborígenes y criollos con sus familias, en el paraje San Fernando.
El 18 de Marzo de 1873 el Jefe de la Capitanía del Puerto de Corrientes informó al Gobernador del Chaco Julio de Vedia -quien residía en Villa Occidental frente a Asunción- de la existencia frente a Corrientes de una población de 400 a 500 habitantes y que alcanzaba 800 o a 1.000 el número de personas que trabajaban en los obrajes. También señaló la necesidad de una autoridad para poner freno a los abusos y conflictos que allí se producían, y de responder positivamente a los pedidos de muchos obrajeros para adquirir las tierras que ocupaban. El General Vedia solicitó de inmediato la autorización para crear una autoridad en ese punto, expresando que se encontraba "en vías de ser una población de importancia", y aunque obtuvo la misma, este paso no se concretó. En septiembre de 1873 un informe estadístico de la Gobernación declaraba que en San Fernando existían ya 800 habitantes dedicados princpalmente al corte de maderas, y al año siguiente el encargado del Gobierno del Chaco Coronel Federico Mitre, expresaba que la población de San Fernando superaba a la propia Villa Occidental capital de la Gobernación.
Los establecimientos obrajeros.
Cnel. José María Ávalos Obrajero de San Fernando |
Al llegar, en 1875, la Comisión exploradora encargada de trazar las nuevas colonias del Chaco encontró en San Fernando una población ya establecida y laboriosa dedicada al corte y comercialización de las valiosas maderas de la zona, las que se embarcaban en el Puerto de San Fernando sobre el Río Negro o en Barranqueras sobre el Río Paraná, con destino a otros puertos del Litoral e incluso al exterior. Entre los principales vecinos allí radicados se encontraban: el Coronel José María Ávalos -veterano de la Guerra del Paraguay-, Félix Seitor o Seitour, Antonio Brígnole, José Ameri, Carlos Corsi, Agustín Andriani, Antonio Piccilli, Ramón Vázquez y Simeón Borda, entre otros. Los establecimientos que se destacaban por sus comodidades y fortificaciones eran los de Ávalos y Seitor, ubicados muy próximos entre ellos, a la altura de la Av. 25 de Mayo al 2000 el primero, y de la calle Julio A. Roca al 1700 el segundo, de la actual Resistencia.
´Guerreros aborígenes atacan una población, según ilustración de época. |
La casa-fuerte de Ávalos contaba con diez habitaciones de material, galpones y taller de carpintería, todo protegido con una extensa empalizada de palo a pique para la defensa contra los ataques indígenas. El informe de la Comisión señala que los motivos que llevaron a éste y otros obrajeros a concentrarse en ese paraje eran: la necesidad de prestarse mutuo apoyo en caso de peligro, y el natural deseo del hombre de vivir en sociedad. Pero también indica que la concentración de pobladores aumentó cuando en esos años la fiebre amarilla hizo estragos en Corrientes y muchos vecinos de esa ciudad buscaron la costa chaqueña "...procurando el aire puro de una atmósfera no infestada..." y eligiendo para su residencia San Fernando. Si bien la Comisión Foster-Seelstrang señaló que estas condiciones tan favorables fueron decisivas para la elección del lugar como asiento de una nueva colonia, no dejaron de denunciar los abusos que cometían los propios obrajeros con los peones aborígenes especialmente a la hora de pagarles por su trabajo, así como el tráfico de armas y bebidas que comerciantes inescrupulosos practicaban con estos pueblos. Precisamente expresaban que estas eran las causas de los graves y frecuentes ataques que las diversas tribus llevaban cotra los mismos obrajes.
Antes y después de su mensura y trazado, la Colonia atravesó por situaciones dramáticas que pondrían a prueba su voluntad de subistir y lograr la cohesión necesaria para constituir una comunidad. A las diversas tribus que habitaban en sus proximidades le resultó insoportable la presencia de aquellos a quienes consideraban responsables de los abusos y uniéndose resolvieron arrasar la población. En abril de 1875 se comenzaron a recibir alarmantes noticias sobre un inminente ataque de tribus coaligadas sobre San Fernando.
Esta población sólo estaba defendida por una guarnición de 15 hombres de la Guardia Provincial de Corrientes y por los peones de los obrajes que pudieran armarse. El tan temido ataque se produjo los días 10, 11 y 12 de Junio, cuando unos mil aborígenes armados con lanzas, flechas y armas de fuego, se abatieron contra los establecimientos de San Fernando. Encabezaban la defensa el Jefe Político Aurelio Díaz y el Coronel José María Ávalos, secundados por la peonada armada. Los primeros ataques fueron rechazados, pero los defensores debieron atrincherarse en el fuerte del Coronel Ávalos a la espera de los refuerzos solicitados urgentemente a Corrientes. Desde esta ciudad llegaron finalmente 30 efectivos al mando del Mayor Pedro Quijano, gracias a lo cual pudieron finalmente hacer frente con éxito a este ataque, aunque la población corrió serio riesgo.
Pedro Quijano, Mayor de Guardias Provinciales de Corrientes quien acudió en Defensa de San Fernando |
En los combates que se libraron en torno a las empalizadas de Ávalos, murieron un capataz y dos peones, mientras que otro defensor resultó herido. El Mayor Quijano pudo dar muerte a uno de los caciques atacantes, pero la leyenda sobre un combate singular entre el Coronel Ávalos y el cacique vilela Leoncito debe considerarse falsa, pues Leoncito no participó de estos ataques sino de otros posteriores, y no murió en este enfrentamiento sino en una pelea con un jefe toba al año siguiente.
Estas jornadas que tuvieron trascendencia nacional a través de la prensa de Buenos Aires, probaron que San Fernando era una población capaz de sostenerse frente al peligro y la eficacia de la ayuda militar proveniente de Corrientes. Pero también demostraron la reacción de los pueblos originarios de la zona frente al abuso y al maltrato de que eran objeto, como lo reflejan muchos testimonios documentados.
El nombre de Resistencia.
La Comisión Exploradora Foster-Seelstrang recogió de labios de sus protagonistas el relato de estos dramáticos sucesos, ocurridos apenas cuatro meses antes de su arribo al lugar, y consideró justo consignar el hecho en su informe oficial al bautizar a la nueva colonia: "...la cual se denominó Resistencia por el hecho de haber resistido durante bastante tiempo un corto número de hombres sin protección de ningún gobierno, las continuas amenazas de los aborígenes."
"El toba" obra del escultor chaqueño Carlos Schenone |
La nueva colonia, ya mensurada y trazada, debió soportar nuevos ataques durante 1876. En Enero y Febrero de ese año, el cacique vilela Leoncito se reveló contra las autoridades y llevó dos ataques contra San Fernando, preliminares de un ataque más violento que realizó en alianza con el temible cacique toba Cambá, el 25 de Abril. En ese día, ambos caciques realizaron el último y más importante ataque contra la población del paraje, pues sus guerreros divididos en cinco grupos y portando sus respectivos estandartes, embistieron a los establecimientos fortificados de Ávalos y Seitor, con gran encarnizamiento. Se llegó a la lucha cuerpo a cuerpo, pero nuevamente los soldados del Mayor Quijano fueron de gran ayuda, hasta que los atacantes fueron rechazados con numerosas baja, mientras los defensores tuvieron cuatro heridos.
Con el nombramiento del Comisario de Administración de la colonia en abril de 1876, que recayó en Jaime Sosa Escalada, se dieron los primeros pasos para organizar la misma y recibir, casi dos años después, al primer contingente de inmigrantes que habrían de poblarla.
(Extractado de la nota publicada en Diario "Norte" de Resistencia, 1 de Febrero de 1998, p. 22)