miércoles, 22 de junio de 2011

PUEBLOS ORIGINARIOS DEL CHACO. PARTE II

Variedad de grupos étnicos.

Mapa jesuítico del Gran Chaco con la
ubicación de los pueblos originarios
en el S. XVIII

    Al momento en que los conquistadores españoles toman contacto con las culturas aborígenes del Chaco en el Siglo XVI se distinguen tres grupos étnicos o familias linguísticas: Guaycurú, Mataco-mataguayo y Lule-vilela. Los dos primeros son denominados “chaquenses típicos” y el tercer grupo  ocupaba sólo parcialmente el territorio chaqueño, y era ajeno cultural y racialmente a los primeros. Los lule-vilelas estaban vinculados a las culturas andinas, se ubicaban al sudoeste de la región chaqueña y llegaban hasta los territorios semimontañosos de Tucumán y Salta. Tampoco deben considerarse propiamente “chaquenses” los pueblos de las etnias “chané”, de origen amazónico, y “chiriguano”, de origen guaranítico, que se establecieron poco antes de la llegada de los españoles en la zona noroeste de la región.
     A la familia guaycurú pertenecen los Abipones, Tobas (quom), Pilagás, Mocobíes, Mbayás y Payaguás. Estas dos últimas etnias habitaban el Chaco paraguayo y al igual que los Abipones, se extinguieron hace mucho tiempo. A la familia Mataco-maccá o también denominada Mataco-mataguaya pertenecen los Matacos (wichis), Chorotis, Ashluslay, Maccás, Noctenes, Vejoces y Mataguayos.
      Los lule-vilelas constituyen un complejo étnico integrado por Tonocotés, Lules y Vilelas, a los que el antropólogo José Imbelloni agrega los Matarás, etnia que en la época de la conquista habitaba en las cercanías del Bermejo medio, junto a Concepción del Bermejo.

Ataque aborigen a una población española en el S. XVI


Entre luchas y migraciones.
     Los pueblos de la familia Guaycurú habitaron desde el comienzo de los tiempos históricos una amplia franja de territorio sobre la margen derecha de los ríos Paraná y Paraguay, desde el Río Pilcomayo hasta la ciudad de Santa Fe. Los conquistadores dieron a estos pueblos el nombre genérico de “Frentones” por la costumbre muy generalizada entre ellos de raparse la parte anterior de la cabeza dando la impresión de una amplia frente. El nombre “guaycurú” fue dado por los guaraníes a los Mbayás, generalizándose posteriormente a toda la familia lingüística.

     Tanto los Abipones como los Tobas y Mocobíes mostraron desde el Siglo XVII hasta el siglo siguiente una tendencia constante a la migración desde el Norte hacia el Sur de la región chaqueña. Recién desde 1750 con el estrechamiento de la zona que habitaban pasaron de un estado nómade a uno de mayor sedentarismo, según L. Kersten.
     Los Abipones están muy relacionados con la historia colonial de Santa Fe, Corrientes y Chaco. En 1750 los misioneros jesuitas fundaron con ellos la Reducción de San Fernando del Río Negro y en 1764 la de San Carlos o Rosario del Timbó cerca del Río Paraguay en el actual territorio de Formosa. Estas fundaciones limitaron el formidable carácter guerrero de estos pueblos y dieron un respiro a las ciudades coloniales del Litoral .

Jinete aborigen que ilustra la adopción
del caballo como arma de combate

El caballo los hace imbatibles.
    Entre los Siglos XVI y XVII los pueblos guaycurúes adoptan el caballo como arma de movilidad y de guerra, y saben utilizarlos mucho mejor que los españoles. Esto les permitió a los Abipones abandonar la ribera Norte del Bermejo inferior que era su hábitat originario y desplazarse velozmente hacia el sur, ocupando extensas zonas del Chaco, destruir a otras poblaciones indígenas y atacar a las poblaciones españolas de Corrientes, Santa Fe, Santiago del Estero y Córdoba. Algo similar ocurrió con los Mocobíes, pueblo que estaba situado al oeste de los Abipones ocupando el centro del Chaco. Cuando adoptaron el caballo participaron con otros aborígenes en el ataque y destrucción  de algunas poblaciones españolas. A principios del Siglo XVIII, al ser empujados por los españoles se corrieron hacia el Sur, llegando en sus ataques a la ciudad de Santa Fe. Al Sur de esa ciudad algunas tribus Mocobíes fueron reducidas por el misionero Jesuita Florián Paucke en la localidad de San Javier, quien nos dejó una completa descripción de este pueblo acompañada de ilustrativos dibujos.
     Los Tobas, por su parte, ocuparon primeramente todo el actual territorio de Formosa llegando hasta el territorio ocupados por los Chiriguanos en Salta. Empujados por los Matacos hacia el Siglo XVIII se corrieron hacia el Chaco Oriental desplazándose al Norte y Sur del mismo. Al convertirse en nómades montados se dedicaron a atacar a las poblaciones españolas y hasta lograron poner en jaque a las poblaciones santafesinas ya entrado el Siglo XIX.

    La mayoría de las expediciones de castigo que enviaron los españoles al interior del Chaco fueron derrotadas o regresaron sin obtener resultado alguno por la mayor velocidad de desplazamiento y mejor conocimiento del terreno por parte de las tribus guerreras de la región.

Mujeres Maccá del Chaco Paraguayo

    Los otros pueblos originarios del Chaco, aunque también defendieron su hábitat ante la penetración hispánica y luego ante la ocupación criolla, no alcanzaron el protagonismo bélico de los mencionados más arriba, ya sea porque su “ethos” guerrero era menos acentuado o porque no adoptaron en forma tan predominante el caballo para sus desplazamientos.

Un complejo entramado de pueblos.
    Los Pilagás ocuparon la parte central del territorio comprendido entre los Río Pilcomayo y bermejo y allí se mantuvieron por varios siglos. Habitaban principalmente en la región anegadiza del Estero Patiño hasta ocupar los terrenos que después fueron atravesados por el Ferrocarril  que une Formosa con Embarcación en Salta. Algunos desprendimientos de este pueblo cruzaron en ciertas épocas el Bermejo y llegaron hasta Juan José Castelli, Pampa del Indio y pampa Chica en el Chaco.

Tatuaje corporal de un cacique Mocobi
según Florián Paucke (S.XVIII)
      De la familia lingüística Mataco-Maccá, los Mataguayos habitaban en la época hispánica, según el antropólogo Antonio Serrano, las tierras comprendidas al sur del Bermejo Superior hasta los 64º de Longitud Oeste en territorio salteño. Los Matacos propiamente dichos o Wichis, como se los denomina actualmente, ocupaban la margen izquierda del Bermejo Medio, y desde allí ocuparon la margen derecha de este río y se desplazaron  al Norte hasta el Río Pilcomayo.
    Del complejo Lule-vilela-tonocoté, nos interesan los Tonocotés y Vilelas que son los que ingresaron en la región chaqueña. Los pueblos de la etnia Matará fueron considerados Tonocotés y habitaron las riberas del Bermejo Medio entre los Siglos XVI y XVII. Con ellos los vecinos de Concepción del Bermejo fundaron varias reducciones por ser hábiles agricultores y en parte los llevaron en su fuga a Corrientes cuando tuvieron que abandonar la ciudad. Su procedencia parece ser claramente amazónica, pues la antropóloga B. Susnik los considera emparentados con los Xarayes del Alto paraguay. En cuanto a los Vilelas se encontraban ocupando el interior del Chaco Occidental al entrar en contacto con los españoles y empujados por éstos se establecieron en el Chaco Oriental, donde algunas tribus acordaron con los franciscanos la fundación de la reducción de San Buenaventura del Monte Alto. Posteriormente participaron en algunos ataques a la naciente Colonia Resistencia hasta que fueron ubicados en terrenos cerca de Antequera y el actual Puerto Vilelas.
    De este rico y denso mosaico de pueblos que habitaron el Chaco, se mantienen hoy en nuestra Provincia los Quom, Wichis y Mocobí, que atesoran una tradición milenaria en su cultura y a través de sus organizaciones y entidades culturales buscan difundir y hacer perdurable ese legado ancestral.

FUENTES CONSULTADAS:
CANALS FRAU, Salvador. Poblaciones indígenas de la Argentina. Buenos Aires, Sudamericana, 1973.
DOBRIZHOFFER, Martín, S. J. Historia de los Abipones. Resistencia, Facultad de Humanidades,  U. N.N.E., 1968.

Tipos abipones según el P. Martín Dobrizhoffer
(S. XVIII)

KERSTEN, Ludwig. Las tribus indígenas del Gran Chaco hasta fines del Siglo XVIII. Resistencia, Fac. de Humanidades, 1968.
MARTINEZ SARASOLA, Carlos. Nuestros paisanos los indios. Buenos Aires, Emecé, 1992.
MIRANDA, Guido. El paisaje chaqueño. Resistencia, Consejo General de Educación de la Provincia del Chaco, 1961.
MIRANDA BORELLI, José. Etnohistoria del Chaco. Resistencia, Región, 1978.
PAUCKE, Florian, S. J. Hacia allá y para acá. Una estada entre los indios mocovíes. (1749-1767) Tucumán, 1942/43.
SERRANO, Antonio. Los aborígenes argentinos. Buenos Aires, Nova, 1947.
SUSNIK, Branislava. Dimensiones migratorias y pautas culturales de los pueblos del Gran Chaco y su periferia. Resistencia, Instituto de Historia, Fac. de Humanidades, U.N.N.E., 1972.

martes, 7 de junio de 2011

NOTICIA: PANEL SOBRE LA PROVINCIALIZACIÓN DEL CHACO



     El día 20 de Mayo de 2011 a las 20 horas, se llevó a cabo en la Sala de Lectura del Archivo Histórico Provincial "Mons. José Alumni", el Panel sobre la Provincialización del Chaco, organizado por la Junta de Estudios Históricos del Chaco como parte de los festejos de los 60 años de la Ley 14.037 que estableció la provincialización de los Territorios Nacionales del Chaco y La Pampa, convirtiéndolos en las Provincias "Presidente Perón"y "Eva Perón" respectivamente.
     Las disertaciones estuvieron a cargo de la Presidenta de la entidad: Dra. María Silvia Leoni de Rosciani, quien se refirió al tema: "El proceso de Provincialización" y del Vicepresidente: Prof. Marcos Altamirano quien abordó el tema: "Antecedentes de la Provincialización". La coordinación del panel estuvo a cargo de la Profesora Silvia Castelán de Fracchia, Miembro de Número de la Junta.  Las exposiciones fueron seguidas aténtamente por un nutrido público integrado por docentes, investigadores, alumnos y público en general. Al término de las mismas se generó un interesante debate que puso en evidencia el interés que ha despertado tanto en los ambientes académicos como en el público, la cuestión de los orígenes del Chaco como provincia.

miércoles, 1 de junio de 2011

LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEL CHACO. (PARTE I)

El poblamiento del Chaco.

Hacha de piedra neolítica procedente
Las Breñas  (Chaco)

    Aunque no se cuenta todavía con datos muy precisos por la insuficiencia de la investigación arqueológica, la mayoría de los autores sostiene que el poblamiento de América del Sur se habría producido hace unos 12.000 años por grupos migratorios provenientes del centro y norte de América. Dichos grupos serían la expansión meridional de la corriente migratoria que ingresó al continente por el Estrecho de Bering proveniente del Asia hace unos 30.000 años.. En ese momento de la prehistoria del continente americano habrían ingresado al actual territorio argentino grupos de cazadores y recolectores que alcanzaron el extremo sur patagónico y la Tierra del Fuego. Posteriormente ingresaron otros pueblos con una cultura del Paleolítico Superior de grandes cazadores y guerreros de recia contextura física que ocuparon toda la región patagónica y pampeana, por lo cual se les dió el nombre genérico de Pámpidos o Patagónidos. Su actividad principal era la caza de los grandes animales de la llanura, como el guanaco, el puma, el venado y el zorro, y no se descarta su convivencia con animales prehistóricos ya extintos como el gliptodonte y el megaterio, entre otros.

Hacha neolítica de Cte. Frias (Chaco)
prueba de influencias andinas

    Posteriormente y con una antigüedad aproximada de 5.000 años ingresaron a la región chaqueña pueblos procedentes de la región pampeana (los pámpidos) probablemente en busca de nuevos territorios de caza o empujados por por un brusco aumento demográfico en sus zonas de origen. De esta corriente migratoria proceden los pueblos pertenecientes a la gran familia étnica y lingüística denominada Guaycurú, que comprende a los Tobas (Quom), Mocovíes, Abipones, Pilagáes, Mbayáes, Payguás y otros. Muchos elementos culturales típicos de la región pampeana, como el paravientos portátil, el manto de pieles y las bolas arrojadizas, presentes en estos pueblos en época histórica, nos demuestran ese origen.
    Con respecto a la región andina y subandina, una cultura de cazadores y recolectores se asentó en las distintas áreas hace unos 8.000 años, y que ya sea en forma lenta y paulatina o por influencia de nuevas migraciones procedentes del Norte, estos pueblos evolucionaron hacia la agricultura intensiva, desarrollando las altas culturas andinas del Noroeste de nuestro territorio. Estas culturas irradiaron después su influencia hacia la región chaqueña, y el hallazgo de numerosos artefactos de piedra de factura neolítica en el interior del Chaco estarían demostrando esta influencia cultural.


Distribución de los pueblos aborígenes del Gran
Chaco en el S. XVI según L.Kersten
 Los grupos étnicos.

    La región chaqueña también fue escenario de otras migraciones desde épocas muy remotas, procedentes tanto de la región andina como de la región amazónica. Esto determinó que al llegar los españoles en el Siglo XVI encontraran en el Gran Chaco Gualamba un mozaico de pueblos de diversos rasgos culturales y portadores de carcterísticas físicas tambien diversas. Los antropólogos han tratado de sistematizar este panorama y llegaron a señalar la presencia de nueve subgrupos raciales, de los cuales merecen citarse:

a) Pámpido: subgrupo proveniente del sur y predominante en toda la región.
b) Sonórido o huárpido: de los cuales los Matacos o Wichis, serían su expresión características en el Chaco argentino.
c) Amazónido: subgrupo proveniente del Norte y del litoral. Característicos de esta corriente migratoria son los Chiriguanos y Chanés del Chaco occidental.
d) Ándidos: subgrupo proveniente del Oeste, que ocupó la zona chaco-santiagueña, hábitat de los Lule-vilelas.
    Las conclusiones de la antropología física coinciden en que los pueblos pertenecientes al grupo pámpido o patagónido, al cual pertenece la familia étnica guaycurú, y  la familia mataco-mataguaya (dentro del cual están incluidos los Wichis) integran la categoría de "chaquenses típicos". En cambio  los chiriguanos y chanés del grupo amazónido, y los lule-vilela del grupo ándido que también llegaron a ocupar y en parte ocupan la región chaqueña occidental presentan características raciales que los distinguen de los chaquenses, y también difieren en muchos de sus rasgos culturales.

Cerámica arqueológica con ornamentación incisa geométrica
procedente de Barranqueras (Chaco)

Migraciones e influencias culturales.

    El motivo inicial de las grandes migraciones de los pueblos pámpidos desde el sur hacia la región chaqueña fue la búsqueda de zonas de caza. El crecimiento demográfico y la adaptación al medio geográfico, determinó la diversificación de los distintos grupos tribales en un proceso que demandó muchos siglos. Por otra parte, pueblos de cultura neolítica procedentes de la región amazónica, como los Chané-guaná-arawac, se desplazaron desde el Norte hasta ocupar una extensa región desde Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) hasta las costas del Bermejo superior. A su vez, los pueblos de filiación chiriguano-guaraní penetraron desde el Este en la región chaqueña noroccidental y sometieron a los Chané que pasaron a ser sus vasallos. Esto trajo como consecuencia que un gran conjunto de pueblos de cultura paleolítica que se encontraban en esa parte de la región chaqueña, como los Mataco-Maccá o Mataco-Mataguayos (que incluye a los Wichi), se corrieran hacia el Sureste y se establecieran en el territorio comprendido entre los ríos Pilcomayo y Bermejo.



Vasija funeraria con ornamentación
incisa proced. de Corzuela (Chaco)
     El permanente contacto bélico o pacífico con otros pueblos de regiones vecinas, permitió que los pueblos que habitaban el Gran Chaco asimilaran en un proceso de aculturación diversos rasgos culturales, muchos de los cuales perduran hasta hoy. El uso de manto de pieles,el cinturón de cuero, la cuerda del arco hecha con tiras de cuero y el paravientos portatil de estera, serían algunos  elementos culturales de origen patagónico o pámpido existentes entre los chaquenses. Estos bienes culturales pudieron haberlos traído consigo al producirse la migración desde la región pampeana como sostienen la mayoría de los autores.

Urna funeraria de origen guaranítico procedente
de la zona litoral
     Los pueblos pertenecientes al grupo Lule-vilela que se establecieron en el Chaco Ocidental fueron los que introdujeron en la región los bienes culturales de procedencia andina. Estos rasgos están presentes en toda la cerámica arqueológica de la región y en las prendas tejidas con fibras del chaguar con decoraciones de dibujos geométricos que guardan similitud con la de los pueblos del Noroeste Argentino, como puede observarse en los tejidos wichis actuales.
    A través de los Guaraníes y Arawacs que se ubicaron en la zona limítrofe a la región chaqueña: la cuenca del Paraná y el territorio Chaco-boliviano, los chaquenses asimilaron elementos culturales como el telar, la hamaca, el uso de pinturas culturales, el trabajo de la cestería y elementales prácticas agrícolas.

FUENTES CONSULTADAS:
CANALS FRAU, Salvador. Poblaciones indígenas de la Argentina. Buenos Aires, Sudamericana, 1973.
DOBRIZHOFFER, Martín, S. J. Historia de los Abipones. Resistencia, Facultad de Humanidades,  U. N.N.E., 1968.
KERSTEN, Ludwig. Las tribus indígenas del Gran Chaco hasta fines del Siglo XVIII. Resistencia, Fac. de Humanidades, 1968.
MARTINEZ SARASOLA, Carlos. Nuestros paisanos los indios. Buenos Aires, Emecé, 1992.
MIRANDA BORELLI, José. Etnohistoria del Chaco. Resistencia, Región, 1978.
PAUCKE, Florian, S. J. Hacia allá y para acá. Una estada entre los indios mocovíes. (1749-1767) Tucumán, 1942/43.
SERRANO, Antonio. Los aborígenes argentinos. Buenos Aires, Nova, 1947.
SUSNIK, Branislava. Dimensiones migratorias y pautas culturales de los pueblos del Gran Chaco y su periferia. Resistencia, Instituto de Historia, Fac. de Humanidades, U.N.N.E., 1972.